Portada del libro "Fashionópolis", de Dana Thomas
Armarios cápsula

Reseña del libro Fashionopolis

En la segunda lectura que he hecho de Fashionopolis antes de escribir esta reseña he descubierto, para mi sorpresa, muchos detalles importantes que antes me habían pasado desapercibidos. Estos detalles estaban ocultos bajo una primera capa de lectura fácil, ligera, que es capaz de generar la autora, Dana Thomas, acostumbrada a escribir artículos de moda para periódicos y revistas importantes.

Fashionopolis es el nombre que la autora da a la industria de la moda actual, globalizada. En el libro se exponen los problemas que está causando este sistema, especialmente desde la generalización de la “moda rápida”, tales como la copia de diseños, la pérdida de empleos en los países desarrollados, la explotación de los trabajadores en las distintas partes de la cadena de suministro y la contaminación. Tras analizar los problemas, la mayor parte del libro se dedica a buscar soluciones que ya están surgiendo e implementándose gracias a emprendedores que forman parte del propio sistema de la moda.

Las posibles soluciones abarcan conceptos como la moda lenta, la venta directa al consumidor o la circularidad. Se sirven o bien de una vuelta a la artesanía (más ligada al mercado del lujo) o de la automatización y robotización de muchos procesos, como el hilado del algodón, el tratamiento de los vaqueros o incluso el corte y cosido de patrones sencillos.

Como dije al principio, hay un montón de detalles interesantes que solo capté en la segunda lectura: en general son historias que se repiten, como la de los abusos ligados a la Revolución Industrial, que fueron controlados más de un siglo después para volver a repetirse con la deslocalización de la producción que siguió a los tratados de libre comercio. O las traiciones de empresas importantes a productores que estaban tratando de innovar para mejorar la situación, que les llevaron a la ruina. O cómo la voluntad de hierro de personas visionarias parece ser la fuerza fundamental que consigue introducir mejoras a lo largo de la Historia.

Lo único reprochable del libro (pero que tampoco es su objetivo central), en mi opinión, es la falta de consejos prácticos para el consumidor medio, es decir, para la mayoría de nosotros. La mayor parte de la moda lenta mencionada en el libro tiene precios muy altos. El comercio de segunda mano que se menciona en el libro también tiene precios elevados. La propia autora prueba a alquilar ropa, y, de nuevo, los precios que menciona son inasumibles para el consumidor común y corriente. Entiendo que ella sí se puede permitir esos precios, y quizá por eso no ve que no resulta práctico para la mayoría de las personas. Sin embargo, las ideas de reducir el consumo, hacer durar la ropa, tratar de elegir buena calidad y aprovechar las rebajas o el mercado de segunda mano sí resultan muy útiles.

En resumen, Fashionopolis es un libro que, sin duda, merece la pena leer, especialmente cuando se está interesado en moda ética y sostenibilidad. No solo consigue exponer los problemas actuales de forma perfectamente clara, sino que además no resulta para nada pesimista ni en su tono ni en su fondo, que es el de indagar qué puede hacer la industria para mejorar la situación. En cuanto a consejos prácticos para el consumidor medio, hay otros libros al respecto, y espero leer alguno de ellos durante este verano.

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